El seleccionado argentino compitió por primera vez por el título. Aunque no lo consiguió, logró su mejor rendimiento en este campeonato y demostró estar a la altura de las grandes potencias. 

Los Pumas protagonizaron una transformación que los llevó de ser un equipo que luchaba por no quedar último en la tabla del Rugby Championship a convertirse en una selección que le da competencia a las grandes potencias. Desde su comienzo en la participación del Rugby Championship en 2012, la diferencia en el juego y en la parte física del equipo argentino en relación con los rivales era notable. Sufrían derrotas aplastantes enfrentando a gigantes como los All Blacks (Nueva Zelanda), los Springboks (Sudáfrica) y los Wallabies (Australia). Pero hoy en día se nota el crecimiento del equipo argentino y se evidenció este año con su rendimiento en el campeonato. “La evolución ha sido muy buena, no solo desde un punto de vista de resultados, sino también de cada vez lograr ser más competitivos”, comenta Gonzalo Tiesi, exjugador de los Pumas y actualmente analista en Equipo Scrum por ESPN.

Con 14 puntos que llevaron a los Pumas con vida a la “final” de Nelspruit, su mejor rendimiento hasta el momento en este campeonato, marcó historia al ser el primero en que las tres potencias del Hemisferio Sur cayeron ante Argentina. El sábado 28 el equipo argentino se enfrentó a los Springboks que esta vez se encontraba de local, pero el título no logró coronarse en las manos del equipo de Contepomi. Si bien quedaron terceros en la tabla, lo hicieron por encima de Australia y demostraron la altura con la que están manejando la ovalada. Tiesi explica que son varias las razones que se adjudican a la evolución del equipo argentino y tienen que ver con una mejora en la estructura de preparación de los jugadores previo a llegar al plantel de los Pumas. “Se hizo un muy buen trabajo de captación, preparación y  seguimiento de talentos desde una edad temprana y eso hace que lleguen mucho mejor preparados”, afirma el analista.

El papel de los entrenadores en esta evolución no puede subestimarse. “Los cambios traen nuevas ópticas para ver detalles de juego desde otro lugar”, afirma Gonzalo Longo, exjugador de los Pumas. Mario Ledesma, quien asumió el cargo en 2018, aportó su vasta experiencia internacional, mientras que la llegada de Michael Cheika en 2022 llevó al equipo a un nuevo nivel de preparación con su estilo directo y su habilidad para motivar a sus jugadores. Tras el fin de la gestión de Cheika en octubre del 2023, se abrió paso a la incorporación de Felipe Contepomi como entrenador principal de los Pumas. “Contepomi le dio un salto de calidad al equipo en cuanto a un plan y una estructura de juego más adecuada para las capacidades naturales de los jugadores”, cuenta Tiesi. 

Desde su asunción, Contepomi manifiesta su creencia de competir con los rivales a través de un juego dinámico, de movimiento y de posesión de pelota. Una implementación que busca evitar los confrontamientos físicos en espacios reducidos y ser creativos y efectivos en la utilización de la pelota en cada uno de los lanzamientos de ataque es lo que caracteriza a la estrategia táctica de la versión actual de los Pumas. Esta identidad de juego, que no se veía en otras épocas, le está dando al equipo argentino buenos resultados.

“La preparación en todas las áreas del alto rendimiento (físico, técnico y mental) desde una edad más temprana ayuda a que los jugadores transiten una curva de crecimiento de manera más rápida”, expresa Tiesi. Años atrás los jugadores se preparaban a nivel profesional a una edad más avanzada, lo que los obligaba a "ponerse al día" en habilidades específicas que no habían desarrollado antes. Esto generaba un desfase en su rendimiento, especialmente en cuanto a las destrezas individuales requeridas para cada posición en el rugby. Hoy hay una preparación integral desde el principio y un gran conocimiento por parte de los jugadores de los roles individuales que desempeñan y la importancia de las acciones en el resultado colectivo. 

Otra causa del éxito reciente de los Pumas es el desarrollo de la infraestructura. “Es fundamental porque permite ampliar la base de jugadores en cantidad y en calidad. Los jugadores llegan más conectados con el sistema de juego y con lo que se les requiere individualmente en cada una de las posiciones”, explica el exjugador. Además, enfatiza la importancia de la infraestructura para el desarrollo de la competencia. “Para los jugadores que están en el país, tener una competencia profesional no solo les permite jugar un rugby de mayor nivel, sino también prepararse con esas condiciones”, agrega. 

A fines del 2019 la UAR (Unión Argentina de Rugby) inauguró la Casa Jaguares, el nuevo centro de entrenamiento de Alto Rendimiento, ubicado en la localidad de Ingeniero Maschwitz, pensado para la preparación de los Pumas y Jaguares. En el 2020, confirmó que la Asociación Deportiva Francesa se sumaba como sede para la Academia de Buenos Aires. La UAR cuenta con cinco Academias distribuidas por lugares estratégicos en todo el país donde los jugadores reciben entrenamiento, preparación, nutrición, rehabilitación de forma personalizada. Y a principios de este año, la UAR anunció la adquisición de un predio de 10 hectáreas en la localidad de Cardales donde se proyecta construir un Centro Nacional de Rugby (CNR), un complejo deportivo de alto rendimiento enfocado en el desarrollo de los seleccionados nacionales (Pumas, Pumitas, Pumas 7’s, Yaguaretés, entre otros). 

El gran desafío que sigue enfrentando el rugby argentino es el de la competencia en cuestiones del alto rendimiento. La competencia en el crecimiento y desarrollo de los jugadores es fundamental. “En un mundo ideal la UAR tendría que tener dos o tres equipos compitiendo en ligas de mayor nivel que el Super Rugby Américas [una liga regional en la que juegan equipos de Argentina y otros países de América]”, dice Tiesi. Esto permitiría que los jugadores argentinos compitan a un nivel más alto y exigente, similar a lo que ocurría en la época del Super Rugby, cuando las franquicias de Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia (NZ, SA, AUS) participaban en esa liga, considerada una de las mejores del mundo. La competencia a ese nivel fomentaba un desarrollo mayor y más rápido de los jugadores.

Tras el campeonato concluido el sábado pasado, los Pumas demostraron que hoy en día le pueden ganar a cualquier rival. “La brecha con los equipos del Hemisferio Sur se achicó y se va a seguir achicando”, celebra Longo. Ahora el desafío es lograr esa consistencia en las futuras performances y por consecuencia en los resultados. Que se siga ampliando la base de jugadores seleccionados para los Pumas y que siga creciendo la competencia dentro del equipo argentino. “Sin la base amateur de los clubes no podríamos aspirar a tener un gran seleccionado”, explica Longo. Los clubes son los primeros que reciben a los jugadores, por lo tanto, es necesario que sigan contando con las herramientas propicias. 

Ahora queda esperar a la ventana de noviembre, donde los Pumas se jugarán frente a Italia, posteriormente con Irlanda, y cerrarán el año con un enfrentamiento ante Francia, en Saint-Denis.