River Plate se enfrentará esta noche ante Atlético Mineiro con el objetivo de dar vuelta el 3-0 de la ida y conseguir el pase a la final. El Estadio Monumental será el escenario del partido decisivo de la Copa Libertadores. Las entradas están agotadas y se esperan 86.000 personas en Núñez, de los cuales 4.000 serán hinchas brasileños. 

A la espera del partido, más de 25.000 hinchas de River realizaron un banderazo en el Monumental donde saludaron a los jugadores, cantaron juntos y se inyectaron de esa “dosis de energía”, como afirmó el propio director técnico, Marcelo Gallardo.

El equipo del “Muñeco” busca una remontada que quedará marcada en la historia del club. No solo por el desafío de hacer tres goles para forzar los penales, debilidad del equipo durante toda la Copa, sino también por la relevancia de la fecha. Un 29 de octubre de 1986, de la mano de Héctor Rodolfo Veira y con figuras históricas como Enzo Francescoli, Norberto Alonso, Oscar Ruggeri y Juan Gilberto Funes, entre otros, el Millonario ganaba su primera Libertadores.

Con cualquier otro técnico, la remontada parecería imposible, pero con el “Muñeco” a la cabeza, sus hinchas creen que todo puede suceder. Gallardo volvió a River después de la primera fase de esta Libertadores. Aunque Demichelis había logrado que el equipo ganara la fase de grupo, el juego no era del todo sólido y regular. El primer objetivo de Gallardo fue encontrar rápido una forma de jugar que le diera chances de traer la copa a casa. Formó un equipo que sale a buscar el partido con ataques rápidos y directos por las bandas y pases largos. La defensa, que empezó mal el año, se reforzó con la llegada de Bustos, Pezzella y el Huevo Acuña. En los octavos ante Talleres y en cuartos contra Colo Colo, el equipo mostró intensidad, trabajo en equipo y firmeza para cortar el juego rival. Este nuevo River encontró un estilo de juego que se destaca por el ritmo e intensidad del equipo tanto para atacar como para recuperar la pelota.

Mineiro, de la mano de Gabriel Milito, viene apostando a un juego de posesión desde el arranque de la Copa. El equipo brasileño se planta bien en la cancha y busca manejar a los rivales desde el control de la pelota. Además tiene un mayor porcentaje de posesión de la pelota con un promedio de 68% frente al 52,9% de River. Ignacio Villarroel, vicepresidente de River, explicó que hay una diferencia de crecimiento económico de un país a otro que marca la diferencia. “Es cierto que cuando uno agarra las finales de la Copa Libertadores siempre ve equipos brasileños, pero después en los encuentros cara a cara, esa diferencia no es tan clara”, indicó Villaroel. Además afirmó que los equipos de Brasil suelen jugar sus campeonatos estatales contra rivales de menor nivel, lo cual afecta su preparación.

Para Villarroel, la posibilidad de disputar la final de la Libertadores en el Monumental es más una motivación que una presión. "Llevar la camiseta de River y jugar la copa es una motivación fundamental para los espectadores y para los jugadores”, aseguró el vicepresidente.

Los protocolos de seguridad son muy parecidos a los que puede implicar un superclásico por el torneo local. A los hinchas brasileños se les prohibió realizar concentraciones masivas o banderazos en lugares públicos, y se les advirtió que eviten comprar entradas de reventa y acercarse a las zonas de la hinchada de River. A pesar de que en el partido de ida contra Mineiro los hinchas locales encendieron bengalas en el estadio, en el Monumental estará restringido. “Lo único que espero es que sea una gran fiesta y en paz”, afirmó Villarroel. 

Como ocurre hace cuatro años, la barra brava del club de Nuñez, no podrá ingresar al Monumental. El vicepresidente del club explicó que muchas de las sanciones impuestas a Los Borrachos del Tablón provienen de decisiones de la justicia y de la administración pública, por lo que el club no puede influir directamente en el regreso de los hinchas sancionados.

“En River los mercados de pases siempre se trabajan y piensan con tiempo. Tanto para la compra como para la venta”, explicó Villarroel.  Video: Mateo Masjuan.