Por: Melina Barragán

Las Gladiadoras, el sobrenombre del fútbol femenino de Boca, hizo historia este sábado en la final de la Copa Libertadores de América Femenina. Se consolidaron como subcampeonas, pero el haber alcanzado tal distinción se vivió como un momento histórico para todos los equipos de fútbol femeninos: lo definieron como un orgullo y un aspiracional.
 
“Es una victoria llegar a la final, y un orgullo para todos los equipos argentinos”, afirmó Catalina Sclauzero, jugadora de Boca que también entrena en Primera. “Me pone muy feliz decir que mi equipo llegó a la Libertadores, nos merecemos estar por cómo entrenamos todos los días”. 
 
Jazmín Ávalos, jugadora en All Boys, también considera la final como una gran representación para el país y un ejemplo para el crecimiento del fútbol femenino, que ven la clasificación en Libertadores como un aspiracional. “Boca fue un gran empujón para darle la importancia que se merecen las chicas en igualdad al masculino”.

 
"Es un punto motivacional para todas las categorías de la AFA, y una gran posibilidad de crecimiento para el fútbol femenino”, Catalina Sclauzero, jugadora de Boca. Crédito: EFE

Sin embargo, aunque buscan tener cada vez un mayor reconocimiento en el fútbol femenino, ambas comprenden las dificultades a las que se enfrentan los clubes de otras divisiones para armar equipos fuertes. Por ejemplo, las malas condiciones de las canchas, la falta de materiales, que solo se considere profesional y les paguen a los que están en primera categoría, entre otras.
 
Pero más allá de las limitaciones en el entrenamiento, la victoria se evalúa como un motivacional para alcanzar grandes objetivos. “El logro de equipos argentino que vemos afuera se comparte, y le da un ejemplo a los formadores de que a eso aspiramos y que pueden llegar”, finaliza Facundo Alive, entrenador del Atlético Pilar femenino.