Los colegios nacionales se sumaron a la toma

La presidenta del CECaP colocó un candado ayer por la noche en el portón de ingreso. Fuente: propia (M.M.).

La Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini (CECaP) despertó hoy con un candado en el portón de ingreso. El centro de estudiantes de este colegio, dependiente de Universidad de Buenos Aires (UBA), decidió ayer por la tarde, tras una votación, tomar el colegio y pasar la noche dentro del establecimiento. La presidenta del centro estudiantil del Pellegrini, Micaela Gûera de Souza, explicó: “Nosotros como 'Pelle'  nos solidarizamos con los colegios de la ciudad, entendiendo que su reclamo también es el nuestro. La educación pública nos afecta a todos”.  “Necesitamos una juventud que cuestione y que esté al pie de cañón frente a las movilizaciones y, por eso, estamos acá”, agregó. 

Bajo el lema “Estudiantes estamos en lucha, porque Larreta no escucha”, el colegio Mariano Acosta comenzó lo que terminó siendo una “bola de nieve” de escuelas tomadas. El Centro de Estudiantes (CESMA), controlado por “El Arcostazo - Lista 10″,- que responde a la agrupación La Cámpora- votó el viernes pasado por la ocupación del colegio en reclamo de mejoras edilicias, cambios en las viandas alimentarias y en contra de las prácticas laborales obligatorias en empresas.

La ministra de Educación, Soledad Acuña, informó ayer por la noche que se les exigirá a los padres de todos los que participen de las tomas 1.5 millones de pesos por día de ocupación del establecimiento. Este pedido tiene el objetivo de que sean esas mismas familias las que afronten lo equivalente a los salarios de docentes y no docentes, y todos los daños que pudieran sufrir los estudiantes y los bienes escolares. Además, serán demandados por consentir que sus hijos, menores de edad, ocupen un edifico público. 

En reacción a esto, en algunas de las escuelas donde se había puesto una suspensión a la toma, volvieron a encenderse las protestas y anunciaron que, a lo largo del día, realizarán abrazos simbólicos y semaforazos “contra la persecución política”. “Lo que hace la ciudad es meterles miedo a los estudiantes, pero, ante una juventud organizada, no hay nada que nos pare”, sostuvo Gûera de Souza. 

Por Manuela Mendez