A 25 años del último partido de Maradona en La Bombonera

Deportes21 de septiembre de 2022 Por Lucio Cappellini
El 21 de septiembre de 1997, Diego Maradona jugó su último partido oficial en la cancha de Boca con la camiseta del xeneize, en una tarde donde el cariño hizo a muchos olvidar el bajo nivel futbolístico, problemas de salud, y un doping, entre otras.
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Maradona en su último partido como local con la camiseta de Boca; detrás, Barros Schelotto y Galletto (Créditos: Google).

 “¡Maradooo, Maradooo!” coreaban 45.000 hinchas que se reunieron en La Boca para deleitarse con la magia  del 10 local (había hinchas visitantes, pero lo ovacionaban con la misma efusividad). El estadio no callaba un segundo. Diego saludaba a sus compañeros de ataque, Palermo y Latorre, mientras bailaban los cordones -siempre desatados- de sus icónicos Puma Borussia. Y entretanto, cada vez más fuerte: “¡Maradooo, Maradooo!”. 


Aquel encuentro no fue una despedida premeditada, ni un partido homenaje. No tenía nada de especial: Maradona, aquel 21 de septiembre de 1997, jugaba un partido más con la camiseta de Boca. Pero la ovación y el cariño de los hinchas pueden hacer creer a uno que se trataba de una final continental, como poco. En realidad, nadie sabía que, tres días después, se lesionaría frente a Colo Colo por la Supercopa y se perdería varios partidos. Y que regresaría frente a River, de visitante, en un triunfo por 2-1 que significaría su última función. Lo que puede lamentarse el hincha de Boca, no es no haberle cantado cuando pudo, sino, a lo sumo, no haber sabido que sería la última vez.

maradona-ultimo-golDiego festeja el último gol de su carrera: a Goycochea, frente a Newell´s (Créditos: Google).

El doping positivo que le perdonaron


Su camiseta número 10 parecía hipnotizar a toda la Ribera. Un taco a Norberto Solano, y el bostero se olvidaba de todo, incluido el detrás de escena. Un detrás de escena que no era de ensueño en lo más mínimo, pero que Diego -como había hecho tantas veces- hacía desatender por medio de su fútbol.


La realidad es que Maradona llegaba al encuentro frente al Ciclón un mes después de que un control antidoping le diera positivo por tercera vez en su carrera (los anteriores, en 1991 y 1994), luego de una victoria xeneize ante Argentinos Juniors por 4-2. La prueba -según archivos oficiales de la AFA- había indicado resabios de cocaína en su organismo, mas el diez apeló. Dijo haber denunciado, un mes atrás, llamadas telefónicas donde lo habían amenazado con ponerle droga. Luego de comprobarse aquello, Maradona exigió una contraprueba y, en el mientras tanto, logró seguir jugando con algunas condiciones, como realizarse el control antidoping después de todos los partidos que jugara. La contraprueba nunca se completó, por la pequeña cantidad de material genético… y la AFA le permitió al -para muchos- mejor jugador de la historia completar su carrera dentro del campo de juego. 

diego-maradona-festejo-metropolitano-1981 Maradona y su único título con Boca: el Metropolitano 1981 (Créditos: Google).

Una segunda etapa conflictiva


Desde que regresó al club de la Ribera, en 1995, luego de una suspensión de un año y de trece desde que había emigrado a Barcelona, Maradona no estuvo exento de problemas ni reclamos. Luego de su primer semestre -de malos resultados; quinto en el torneo- y tras el despido de Silvio Marzolini como DT, Boca eligió a Carlos Salvador Bilardo como sucesor del exlateral izquierdo. Esto hizo que Diego amagara con irse del club, puesto que no quería ser dirigido por Bilardo, con quien se había peleado en Sevilla un tiempo atrás. Si bien cedió y accedió a trabajar con “El doctor”, pronto comenzaron los problemas con Mauricio Macri, por entonces presidente de la institución. El exmandatario de la Nación quería reducir los premios para los jugadores en caso de alcanzar los objetivos deportivos, lo que disgustó al diez.


Una vez llegado mediados de 1996, Maradona se alejó del fútbol por casi un año, en el que se dedicó a tratar su problema con las drogas. Tuvo recaídas y serios problemas de salud, así como un conflicto con el doctor que supuestamente lo ayudaría durante su internación en Suiza, quien dio más detalles sobre el tema de los que el nacido en Fiorito hubiera querido dar a conocer. En ese año, también realizó la campaña “Sol sin Drogas”, donde buscaba concientizar a los niños sobre el peligro detrás de las adicciones.


Así, luego de 11 meses y una larga puesta a punto, regresó a jugar a Boca, dirigido entonces por Héctor “El Bambino'' Veira. En esa nueva etapa jugó 7 partidos y convirtió dos goles, sin un gran nivel. Fueron unos pocos meses, pero, tal como fue su vida, muy intensos. Se despidió de la gente de Boca frente al “cuervo”, en un día como hoy. Y del mundo del fútbol, un mes después, ante River. Aquella tarde en el Monumental fue una mezcla de su magia en el verde césped, declaraciones polémicas (de allí la famosa frase: “se les cayó la bombacha”, en alusión a River, luego de que Boca le diera vuelta el partido), y algunas acusaciones. Diego fue reemplazado en el entretiempo por Juan Román Riquelme por problemas físicos, y existieron rumores de que la causa fue haber estado drogado. Al respecto, el astro opinó: “Este retiro es definitivo, me lo pidió mi viejo llorando. No puede ser que mi familia sufra tanto con cada control antidoping, que la ola de rumores nos envuelva”.

Granate y Verde Foto Escala de Grises Estadísticas de Baloncesto UAAPNCAA Publicación de Facebook“Pelusa” promedió un gol cada poco más de 4 partidos (Infografía de autoría propia).

Hoy, 25 años después del ocaso de una carrera que tuvo absolutamente de todo, el hincha de Boca recuerda grandes momentos. Si habla del Maradona de la segunda etapa, no piensa en los cinco penales errados en forma consecutiva, el conflicto con Bilardo, las drogas, ni la pelea con Codesal en el famoso Vélez 5 Boca 1. Sino en un héroe que volvió para emocionar a un club e hizo vibrar todo un país. “Vamos Boca, ponga huevos, griten todos, para que vuelva el Diego", cantaba la 12 cada vez que el diez visitaba la cancha como hincha, poco antes de que regresara. Y con la misma devoción, colgó, aquel 21 de septiembre de 1997, una bandera que decía: “No me importa lo que hiciste con tu vida. Me importa lo que hiciste con la mía”.

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