Los “canillitas” buscan reinventarse tras la revolución digital y el golpe de la pandemia para seguir a puertas abiertas

Ciudad07 de noviembre de 2023 Por Margarita Wirth
El bajo consumo de medios en papel y las consecuencias del confinamiento del 2020 afecta a los quioscos de revista, alentándolos a aggiornarse a las necesidades de la sociedad y recurrir a otros medios para continuar con su negocio.
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Las editoriales se adaptaron de manera efectiva a la revolución digital. Casi el 50% de los argentinos se informan a través del diario digital o redes sociales, mientras que solo un 14% lo hace mediante el diario de papel, según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales 2022. El 59% de los lectores digitales tienen entre 18 y 29 años, lo cual evidencia que la mayoría de los jóvenes no consumen diario en papel. Así lo propone Julianna Rizzo, canillita: “La gente grande es la que más consume diarios o revistas, los más jóvenes, nada”. La población adulta se aferra al diario por costumbres y tradición, lo que mantiene vivo el espíritu de lo que alguna vez fue cotidianidad.

Así todo, otros dueños de quioscos hacen foco en que, si bien la venta de diario es menor, siempre seguirá habiendo compradores: “Hay un poco menos de clientes, pero la persona que lee el diario en papel, le gusta el papel. No creo que se esté acabando, sino que se está modificando”, sostuvo Gabriela, de 42 años. Por otro lado, destacaron que los años de la pandemia del COVID-19 sufrieron mucho más por la digitalización de los medios, ya que si bien eran personal esencial, sus principales clientes, los adultos mayores, dejaron de comprar. “La gente tenía miedo pensando que el diario te contagiaba, entonces cayó mucho la venta”, compartió Silvia, canillita hace más de 30 años. Juan Carlos, dueño de un quiosco, agregó: “Yo antes de la pandemia tiraba 700 diarios los domingos, hoy no llego a 300. Nos afectó mucho más que la tecnología”. 

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Foto: M.W

“En la pandemia trabajamos todos los días, el diario siempre salió”, explicó Gabriela haciendo referencia a su trabajo como personal esencial durante el confinamiento.

Si bien la digitalización, la pandemia y la complicación de las editoriales para imprimir ejemplares afecta a los quioscos, los canillitas no tienen intención de abandonar su puesto: “El producto de las editoriales ya no existe, pero nos mantuvimos porque nos adaptamos. El quiosco de las revistas no es solamente el diario y las revistas, es mucho más”, comentó Juan Carlos. Silvia coincide y explica: “El quiosco se fue reinventando. Las mismas editoriales van sacando suplementos para que podamos compensar lo que no vendemos en diarios”.


El sistema de los revisteros se basa en una relación tripartita entre la editorial, los distribuidores y luego los quioscos que le brindan servicio al cliente. Primero, las editoriales deciden crear nuevos productos, como colecciones para niños, libros, cuchillos, juguetes, sartenes y vinilos para recomponer las ventas que en años anteriores proporcionaba el material en papel. Luego, la distribuidora se encarga de comunicarse con cada quiosco, para que este venda los productos que le entrega la editorial. Por último, los canillitas venden la mercadería, se quedan con un porcentaje, y devuelven lo que no consiguieron comerciar. Silvia mencionó: “Si no vendo, las editoriales me mandan menos. No desperdician ni papel, ni tampoco mercadería”.

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Fotos: M.W

“El diario quedó demasiado bajo. Pero hay colecciones que hacen que el quiosco siga funcionando”, mencionó Silvia en cuanto a la mercadería que permite que el quiosco siga vigente. 

Los canillitas sostienen que su negocio sigue funcionando a pesar de las circunstancias y lo seguirá haciendo mientras se adapten a las necesidades del cliente. Afirma Juan Carlos: “Se trata de reinventarse y ser constante con el caudal de venta. Mantener a los vendedores de siempre, pero cambiar el producto”.


En el día de hoy no estarán abiertos los quioscos ni se distribuirán diarios físicos por el Día del Canillita, fecha en honor a Florencio Sánchez quien bautizó a los vendedores de diarios por el sainete “Canillita” estrenada en 1904. 

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