Massa negocia el congelamiento de precios con empresas de consumo masivo

Política y Economía09 de noviembre de 2022 Por Mora Montilla
El ministro de Economía abrió el “canal verde” para cerrar las negociaciones por el programa de Precios Justos. En un contexto de inflación y escasez de divisas, esta iniciativa permite a las empresas acceso al mercado cambiario y planear su producción.
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Esta semana el Gobierno busca cerrar el acuerdo de precios de 1.000 productos de consumo masivo para avanzar con el programa de Precios Justos. El principal incentivo es la promesa de dólares preaprobados para todas aquellas empresas que pacten el congelamiento de precios. Es decir, que no necesitarán la autorización de la Secretaría de Comercio para comprar dólares al cambio oficial.

 Los precios acordados serán congelados por 120 días, y aquellos productos que queden por fuera tendrán un 4% de tope mensual para las subas de precios para reducir la inercia inflacionaria. Hasta ahora se definieron 1.200 productos de la canasta básica, aunque el Gobierno espera cerrar alrededor de 1.500 para su lanzamiento. Al inicio de las negociaciones se proyectó lanzar el programa los primeros días de diciembre, aunque la Secretaría de Comercio espera oficializar la medida esta semana. 

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Los productos que forman parte del programa de Precios Cuidados se incorporarán al de los Precios Justos. Crédito: América Retail 

La inflación es el problema que más preocupa a Sergio Massa, ministro de Economía, que busca lograr que especialmente los asalariados recuperen su nivel adquisitivo. Según el INDEC, los salarios informales están 15,6% por debajo respecto a finales de 2019. La inflación responde a un déficit del Estado y la escasez de reservas. En este marco, la sequía impacta negativamente. Aún con el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) el sector anticipó una nueva escalada en los costos de los productos derivados del trigo. El kilo de pan pasará de $360 a $430 y la bolsa de harina de $2.000 a $3.500. “Nada que no sea un plan serio de estabilización con un sendero razonable hacia el equilibrio fiscal y reformas estructurales que devuelvan la confianza va a solucionar el problema de la inflación”, opina Andrés Reschini, analista en F2 Soluciones Financieras.

 La falta de dólares se ve agravada por la sequía, que pone en riesgo el ingreso de USD 750 millones. “En 120 días comenzaría a levantarse la cosecha gruesa (que está seriamente amenazada por la sequía histórica que atravesamos) y allí ingresarían dólares que les darían algo más de cintura de cara al proceso electoral, pero no soluciona ninguno de los problemas de fondo”, aseguró Reschini. 

Los reclamos del sector industrial son principalmente dos: las trabas a las importaciones de insumos y la preocupación por los costos de productos no importados que se incrementan, como mano de obra que acordó subas salariales y servicios. Las empresas de productos de consumo masivo importan tanto ingredientes para sus productos como materiales para tapas y etiquetas. Algunas empresas siguen reticentes a firmar el congelamiento porque los precios de proveedores, mayoristas y supermercados, combustibles y el resto de los actores de la cadena de valor. La posibilidad de acceder a dólares permite que puedan importar y tener stock para cuando se lance el programa.

 Massa propuso liberar de a poco los dólares de las reservas para las importaciones con el objetivo de conseguir el congelamiento de precios para desacelerar la inflación. La promesa de los dólares preaprobados significa el acceso al mercado cambiario y también un adelanto del monto con el que contarán para la producción. La “zanahoria” de los dólares resulta atractiva para que las empresas congelen los precios de algunos de sus productos durante cuatro meses, sobre todo en un momento de escasez de divisas e inflación mensual del 6,5% promedio y anual estipulada del 100%. “Más allá de que les traiga o no algún beneficio a las empresas que ingresen al programa, todo esto apunta a ganar tiempo”, comentó Reschini sobre la iniciativa. 

 El Gobierno insiste en que, de esta manera y con otras iniciativas, logrará bajar la inflación al 60%, aunque el Banco Central y otros economistas indican que será de 90%. De parte del oficialismo resulta clave desacelerar la inflación y bajar las subas de precios, sobre todo los de la canasta básica, de cara a las elecciones presidenciales. Este programa contribuiría a lograr el plan de Massa, que es conseguir un dólar más estable, tener una menor emisión monetaria y reducir el déficit fiscal. “Si este plan tiene éxito podría morigerar algo de la suba del IPC, pero esa medida aislada no va a devolver la confianza para atraer inversiones (tanto externa como de agentes locales) porque los desequilibrios ya han sido generados. No creo que logre bajar la inflación al 60% (que sigue siendo altísima) para el 2023, un parche por 120 días es demasiado poco”, opinó Reschini. 

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