Buenos Aires en Tránsito: La Experiencia del Transporte Público para Estudiantes de Intercambio
En Buenos Aires, una ciudad que nunca duerme, de magnitudes inabarcables y calles que nunca llegan a su fin, el transporte público se convierte en un tema de conversación recurrente entre los que la habitan y los que la visitan. Los ojos de los estudiantes extranjeros, en particular, prestan especial atención a esta variedad de buses y trenes con una mirada crítica, y sus opiniones sobre la eficiencia y accesibilidad de este sistema son tan diversas como las calles de la ciudad.
Cuando un europeo llega a Argentina, a menudo lo hace con una carga de prejuicios sobre la inseguridad en la capital que inicialmente le lleva a evitar el uso de los transportes públicos en Buenos Aires durante las primeras semanas. En lugar de optar por los tradicionales "bondis" o ‘’subtes’’, recurre a aplicaciones como Uber o Cabify. Sin embargo, con el paso de los días, estos mismos individuos comienzan a confiar en estos medios de transporte y deciden aventurarse en la caótica e íncreíble Buenos Aires.
Con un montón de pesos en los bolsillos y sin tener una idea clara del valor de cada billete, los turistas se aventuran a conseguir la SUBE en cualquier establecimiento que tenga un cartel LED con el rótulo "kiosco". Normalmente prefieren comprarla en las estaciones de subte ya que en estas tiendas se les delata el acento y es posible que les acaben cobrando el doble del precio habitual. A pesar de esto, para la gran cantidad de visitantes extranjeros, obtener una tarjeta de transporte en Argentina resulta mucho más sencillo que en cualquier otro país de Europa. Lucia y Maria, estudiantes de Madrid y Barcelona han comentado que les parece sumamente conveniente la posibilidad de comprar y recargar la tarjeta SUBE en cualquier establecimiento. En sus lugares de origen, suelen requerir presentar documentación y las tarifas son el doble de elevadas que las de Argentina, independientemente del tipo de cambio.
Otro dato es que esta tarjeta, permite un saldo negativo, eso convierte en un salvavidas en situaciones en las que los fondos se agotan antes de una recarga inmediata y a altas horas de la noche. ‘’Me encanta este sistema porque así no tengo que desplazarme a altas horas de la noche a recargar’’ relata Yulia, alemana que reside en Caballito durante 6 meses por motivos universitarios. La posibilidad de viajar incluso con un saldo negativo es un aspecto que alivia las preocupaciones de muchos estudiantes, permitiéndoles mantenerse en movimiento en medio de las ajetreadas calles de Buenos Aires.
Si uno pasea por el imperial barrio de Recoleta, se puede fácilmente identificar numerosas rutas de autobuses; algunos parecen detenerse en las paradas cerca, mientras que otros pasan de largo. Es una escena común en Buenos Aires ver a personas correr tras un autobús y lograr que se detenga en medio de la calle, incluso después de que pareciera haberse alejado. Una vez dentro del "bondi", el conductor siempre pregunta hacia dónde te diriges. Para los extranjeros, esto puede resultar sorprendente, ya que no están acostumbrados ni a ser preguntados ni a pagar una tarifa que varía según el destino en un autobús. Aun así, los estudiantes anglosajones reconocen que prefieren fraternizar con el conductor para que así les avise donde tienen que bajar. ‘’¿Me puedes avisar en la parada del Obelisco?’’. Son preguntas que ayudan a personas que vienen de fuera y evitan que se pierdan por la grandiosa ciudad.
Buenos Aires puede resultar un antagonismo respecto al orden, el tráfico es desordenado y bullicioso pero en cambio, la población está muy bien estructurada en el momento de subir al transporte. Se generan filas en todas las paradas, tanto en CABA como en provincia y, aunque no sean perfectas y muchas veces rodeen la calle, se respetan siempre. Eso es algo que impacta positivamente a Lola, una estudiante francesa que relata lo siguiente: ‘’En Francia la gente no hace fila para el bus, metro o tranvía. Aunque llegues el primero, puedes entrar el último porque la gente va más rápido que tú’’.
Con un paseo y una observación despierta de la metrópolis porteña, uno puede ver qué es lo que es cómodo y qué es mejorable.A pesar de desafíos como la necesidad de inversión y mejoras, sigue siendo un medio eficiente y accesible para todos los extranjeros, que usan el transporte público para cada actividad de su día a día. Además, se destaca por innovaciones como la flexibilidad de la tarjeta SUBE, que permite a los estudiantes de intercambio navegar la ciudad de manera más cómoda que en algunos países europeos.